La diversidad cultural es abordada, en este trabajo, a partir de una concepción filosófica que adopta, como principio heurístico, la posibilidad de que existan acuerdos racionales entre miembros de culturas diferentes. Dicho principio se basa en una concepción pluralista que reconoce la posibilidad de cooperación y diálogo, a pesar de que los agentes partan de presupuestos muy diferentes. El pluralismo, dice León Olivé, ofrece ventajas frente a las otras dos posturas en competencia, el universalismo y el relativismo, que imponen limitaciones al tratar de establecer en ellas principios heurísticos que orienten las acciones en las relaciones interculturales.